¿Qué es el colecho y por qué afecta al sueño?

mujer durmiendo con su bebé

Es el tema candente de la crianza de los hijos del que todo el mundo habla, desde las mamás y los papás del grupo de juego hasta las Kardashians. ¿Qué es el colecho y hasta qué punto es cierto lo que has oído sobre él?

En este artículo investigaremos los diferentes tipos de colecho, los pros y los contras, y cómo se puede practicar el colecho de forma segura y saludable. Sigue leyendo para saber más

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Mito: El colecho significa dormir en la misma cama

A menudo se confunde el colecho con compartir la cama. Dormir en la misma cama es cuando uno o ambos padres llevan a su hijo a la cama familiar, en lugar de que duerma por separado en una cuna.

El colecho también puede referirse a compartir la cama, a tener al bebé al lado de tu cama en una disposición especializada o simplemente a dormir en la misma habitación que tú. Incluso tener al bebé en una cuna a los pies de la cama cuenta como colecho.

El NHS incluso recomienda el colecho durante los primeros seis meses de vida del niño, cuando es probable que necesite más supervisión y se despierte para alimentarse por la noche. En el caso de las madres que optan por la lactancia materna, compartir la habitación es útil para facilitar el acceso a la alimentación.

Dormir juntos tiene otras ventajas. La proximidad puede aliviar tu ansiedad y la de tu bebé. Saber que tu familia duerme a pierna suelta en la misma habitación crea una sensación de seguridad y refuerza ese vínculo parental tan importante.

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Mito: ¡el colecho es peligroso!

Como ya hemos dicho, el colecho puede tener muchos significados y, en algunos casos, incluso está avalado por el NHS.

En cambio, compartir la cama no está exento de riesgos. Algunos estudios han sugerido una trágica relación entre el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL) y el hecho de compartir la cama, por lo que no es de extrañar que algunos padres rechacen la idea por completo. Sin embargo, puede ser una buena opción para ti y para tu bebé si se practica con seguridad.

Hay ciertas circunstancias en las que no se debe considerar la opción de compartir la cama, así como algunas pautas importantes que hay que seguir para garantizar la seguridad del bebé.

Los bebés prematuros, con bajo peso o vulnerables por otros motivos no deben compartir la cama. Del mismo modo, los padres que beben o fuman habitualmente o que muestran un alto grado de agitación durante el sueño tampoco deberían compartir la cama con el bebé. También son esenciales una ropa de cama ligera y un colchón matrimonial firme y de superficie lisa.

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Mito: El colecho es otra moda hipster, hippie y que hace daño a los padres.

En realidad, a pesar del reciente interés mostrado en Occidente, muchas culturas llevan durmiendo juntos desde hace generaciones.

En Japón, por ejemplo, el colecho es la norma, a veces incluso hasta la adolescencia y más allá. Parece que a partir de cierta edad se deja de compartir la cama, pero no es raro que familias enteras compartan habitación. A veces duermen en futones o tatamis en el suelo.

En países asiáticos como Hong Kong y Filipinas, los bebés suelen compartir la cama o se mantienen cerca en cestas. A veces se colocan dentro de la cama, para compartirla con una barrera adicional. Algunos nativos americanos también utilizaban “cunas”, un cómodo portabebés en el que se podía atar, transportar o incluso acostar a los bebés para que durmieran.

Hay diversas tradiciones de sueño y crianza adoptadas en todo el mundo, pero ten por seguro que no es nada nuevo. Dormir juntos y compartir la cama son probablemente mucho más comunes de lo que crees.

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Mito: Nunca podrás dormir con un bebé en tu habitación

Muchas madres primerizas temen que tener a su bebé en la misma habitación signifique no volver a dormir. En efecto, te convertirás en un bar de leche 24 horas para tu pequeño, ¡abierto a todas horas!

Por supuesto, esto no es cierto. Los recién nacidos varían en sus patrones de sueño, pero normalmente acaban durmiendo entre 8 y 18 horas al día. Es posible que aún no tenga una rutina de despertares nocturnos y que todavía necesite tomas nocturnas, pero no te preocupes. Tu bebé también necesitará dormir en algún momento.

Si tu bebé está en la misma habitación, podrás calmarlo rápidamente cuando se despierte llorando. Un bebé que lleva mucho tiempo llorando para llamar tu atención, por ejemplo desde otra habitación, estará más excitado y le costará más conciliar el sueño.

Tanto las madres como los bebés suelen sentirse calmados y reconfortados por la presencia del otro, lo que hace que duerman mejor en general. Y, francamente, las madres que duermen separadas de sus bebés tampoco parecen tener el sueño más perfecto e ininterrumpido.