El invierno está en pleno apogeo y es momento de dormir sin tener que sufrir por el frio, es por ello que te dejamos algunas maneras en que puedes lograr noches placenteras.
La falta de luz solar y las bajas temperaturas que trae el invierno pueden hacer que nuestros cuerpos, y más específicamente nuestros ritmos circadianos, se vuelvan locos.
Cómo dormir mejor en el invierno
Cuida el entorno en el que descansas
Su equipo de cama para el invierno y el verano debería ser diferente. Cuando hace frío afuera, deberías tener varias capas en tu cama.
Una sábana de fibra natural, una manta ligera y un edredón proporcionan calor que puede ayudarle a ajustar fácilmente su temperatura corporal según sea necesario.
También puede cambiar las sábanas de algodón ligero por sábanas de franela más pesadas cuando se duerme en una habitación fría.
Asegúrate de lavar las fundas de las almohadas y las sábanas con frecuencia para ayudar a mantener a raya las bacterias y los alérgenos.
Con la calefacción encendida, es muy probable que crezcan gérmenes no deseados en tu cama, para esto puedes optar por tener colchones hipoalergénicos que te ayuden a eliminar ácaros y otros componentes que te puedan afectar a tu salud.
Las habitaciones que son demasiado cálidas, específicamente a 75 grados y más, pueden provocar sudoración y molestias que pueden despertarlo periódicamente durante la noche.
También debe evitar la alta humedad, que puede afectar negativamente a su ciclo de sueño. Para ello, tome duchas frías, asegúrese de que sus ventiladores funcionen correctamente, que sus canaletas estén limpias y que no haya fugas en las tuberías.
Sigue con tus rutinas habituales de sueño
La falta de luz diurna en el invierno puede alterar el ciclo natural de sueño y vigilia de tu cuerpo. Establezca un horario para la hora de dormir, y mejor aún, despiértese a la misma hora todos los días, y aténgase a él.
Es importante limitar también la estimulación de los dispositivos electrónicos y la televisión nocturna antes de acostarse.
La luz azul que emiten puede engañar a tu cerebro para que piense que es de día, suprimir la producción de melatonina (la hormona del sueño) y provocar la pérdida de sueño.
Aprovecha la luz de las mañanas
Debido a que la luz del día es corta y débil durante el invierno, es importante obtener su dosis diaria de vitamina D cuando pueda.
La luz del sol provoca la supresión de la melatonina (similar a la luz azul), que nos da energía y nos permite tener un día completo sin sentirnos cansados o perezosos.
Debido a que el sol se pone más temprano, nuestros niveles de melatonina comienzan a subir más temprano en el día.
Realiza ejercicio a diario
El ejercicio ayuda a mejorar la calidad del sueño (y, por supuesto, la salud en general), por lo que es importante no dejarlo de lado durante estos fríos meses.
Al gastar más energía y agotarse físicamente durante el día, dormir en el frío de la noche puede ser una tarea más fácil.
De esta manera y aplicando estos consejos en tus rutinas de descanso, podrás tener sueños más placenteros y obtener un descanso sin tener que sufrir por el frío del invierno.